Nuevas palabras y nuevos medios
Sea esta la oportunidad para volver a escribir. Ahora un poco más serio, llevando a cuestas una mejor redacción y ortografía, causa de los años de academia, el descubierto amor por la lectura y la experiencia del camino en la consultoría de diseño, el escritor de estas palabras dice dejar atrás la estúpida pretensión adolescente de poeta e intelectual incomprendido, para pasar a reflexiones de construcción.
Lo de incomprendido nace de un especial regalo recibido recientemente: ‘El Maestro de Escuela’ de Fernando González, quien sea el autor favorito del dador de dicha novela. Así se le define entonces:
“Muchos somos los que nos sentimos “grandes incomprendidos”: todos los artistas y los que ejercen filosofía: todos los pobres; los que padecemos y en cuanto padecemos (…) Es axiomático que el autor y el lector nos sentimos ‘grandes hombres incomprendidos’”.
Bueno, solo una cuña a quien me diera un poco de inspiración a retomar el hábito de la escritura. A él un saludo en Cúcuta.
El adjetivo de estúpida pretensión adolescente es resultado de la revisión de blogs al hacer una introspección de lo publicado en el pasado: una mezcla entre lo patético, lo inocente y lo documental. Esta última, la parte favorita y la cual no se piensa dejar de lado. Todo esto explayado en muchos sitios regados vilmente en la red, de los que se destacaron ‘Reflexiones personales y de diseño’ y ‘Micrónicas de Juanda’. Se destacaron no tanto por su calidad, sino por la dedicación que el autor (el mismo que habla en tercera persona en este) puso en ellos.
El primero, un intento de escritura organizada en línea, fue una mala copia de comedia a los eventos de moda, un grito herido de un ciudadano en construcción (que aun sigue en esas), un registro de descubrimientos académicos y un desahogo de la frustración de las coyunturas políticas de la Colombia de comienzos de década:
“Este gobierno no pudo haber comenzado mejor. Ni en los tiempos de Uribe alquilábamos el coliseo el Campín para una posesión. Menos mal no estaban seguros de que iban a ganar o si no hubiesen buscado el Parque Simón Bolivar, o incluso el mismo Palacio de Nariño. Solo faltaba Jorge Barón y la patada de la buena suerte que necesita es país. Pero Carlos Calero, el de Ricostilla (agreguen a nuestro festival gastronómico), le dio la bienvenida al nuevo gobierno. La patada!”.
Tampoco pueden olvidarse los ‘posts’ académicos como “Anacronías Temporales” que hablaba de las estructuras del tiempo en las narrativas:
“La estructura temporal, es un modelo totalmente inspirado en el entorno de la vida real y prototipa cambios sobre él de manera congruente. A partir de esto, la audiencia está dispuesta a asimilar, en la mayoría de los casos, la medición temporal de los actos narrativos, y hacerlo de modo intuitivo y subliminal, tan solo con pistas, bien sea por el desarrollo de la historia, la evolución de los personajes, o también por medio de especificaciones técnicas dadas por voces, subtítulos, o cortes de guiones.”
Viene acá la confesión: estás citas tienen corrección de estilo. La vergüenza no permitió la publicación virgen del texto. Sin embargo, ya a modo de análisis objetivo, son interesantes los conceptos que salieron de ahí, y que a juzgar son de autoría propia por lo ‘poético’ de sus nombres. Se habló entonces de ‘Anacronías por error’, ‘Paralelismo y altenatividad’, ‘Juego temporal’ y ‘Nostalgia temporal’. Justo es que se vuelvan a estudiar estos temas, con mejor detalle, para que no queden en palabras del adolescente pretencioso. Veremos esto otro día.
Si hablamos del comediante barato se han de recordar escritos como ‘Carta a Emilio Estefan: ¿Somos el mundo?’, una crítica a la versión latina de We are the World, o ‘De Campamentos, Hipopótamos y Lobas’, un decálogo de supervivencia que salió después de una experiencia de acampar, en épocas de la pérdida de los hipopótamos de un capo colombiano, y de los éxitos vacíos con semejanzas a opening de animé que tenían las nuevas canciones de Shakira; del decálogo rescato el apéndice que se refiere a ‘Instrucciones para ir al baño’, que goza de la misma intención del ‘Manual de Instrucciones’ de ‘Historias de cronopios y de famas’, mas no de la estructura de Cortazar (quizás por la ausencia de lectura del cuento), y donde se destaca el siguiente aparte:
“11.e. Si solo va hacer del número uno (líquido), recuerde que lo podrá hacer en un arbolito. Si es usted uno de estos que es de mucho glamour y solo lo hace en orinales, imagínese uno de estos. En caso de no funcionar, y en caso extremo, imagine la cara del señor alcalde de Bogotá (Samuel Moreno) y verá cómo puede llegar a fluir.”
Ahora se entiende porque más arriba se hablaba de inocencia. Pero quizás el más interesante de los experimentos de escritura, fue el reencuentro con una vieja crónica salida de una clase de periodismo, que hablaba de la guerra bipartidista colombiana a través de la memoria de un familiar en sus últimos años de vida. Reposa con el nombre de ‘Del tricolor, el amarillo oro de rojo se tiñó’. Supóngase como el inicio de la formación de la identidad, del ‘Todo lo que soy’ del autor.
“Hoy vivimos en el cielo, en el paraíso y no en la porquería de antes. La política ha sido el simple conjunto de errores que ha tenido Colombia. Es inimaginable el grado de animalidad al que llegamos por pertenecer a un simple partido político.”
Sobre el segundo, y curado con mayor aprecio, fue un lugar de documentación más que todo visual. ‘Micrónicas de Juanda’ era un espacio de convergencia de otros sitios propios.
Ahí, se documentaron retratos, trabajos, viajes, momentos, y fue lugar testigo del nacimiento de #diariosdebicicleta, un colectivo de imágenes relacionados con viajes de bicicletas realizados en Bogotá, Boyacá, sus sabanas y veredas.
No solo imágenes, sonidos también quedaron escogidos dentro de lo que sería un museo personal del autor. Los mismos #diariosdebicicleta registraron estos sonidos callejeros en una cicloruta metropolitana.
Habrá que declararle culpable a Instagram, quien reemplazó vilmente la que para entonces sería ‘la última oportunidad’ a un blog. La última hasta hoy.
Epílogo de la introducción a Medium
Acá no se es, ni se pretende ser. El destino final de este repositorio de contenidos es desconocido, y tan solo tiene dentro de su genética la intención de sus antecesores.
Pretencioso no solo es lo escrito hace unos años, lo más arriba referenciado. También sería querer dejar ser ese adolescente, pseudo-poeta incomprendido. Y acá vuelve de nuevo la incoherencia del autor. Se retomarán temas y técnicas. Se reciclaran palabras e imágenes. Se tratarán la crónica enfermedad del amor y de su ausencia, el fracaso del pensamiento político, la documentación del pasado en tiempos modernos y las sátiras de las coyunturas actuales. Habrán cuentos, experiencias, reflexiones y realidades.
Así, este Medium se convierte en la evolución del pensamiento del autor y en donde se verán quizás los mismos temas de una forma mucho menos juvenil para pasar a una más ‘maduril’ (los Luthiers de Argentina así lo hubiesen expresado). Esta vez sin el ánimo de llamar la atención. La única intención es la de construir. Sobre su legado no se garantiza mucho, menos teniendo en cuenta sus antecesores (Blogger y Tumblr), pero algo habrá de dejar en el recuerdo: una risa, una crítica.
¡Y dejémonos de vainas!… hablaré ahora en primera persona.